LOS ABOGADOS DEBEN ESTAR MUCHO MÁS ABIERTOS A LAS INNOVACIONES Y NUEVAS TECNOLOGÍAS. DEBEN ENTENDER LOS NUEVOS MODELOS DE NEGOCIOS Y NO SENTIRSE INTIMIDADOS POR ELLOS.
Empecé litigando desde los 17 años, pero encontré mi pasión en los servicios financieros cuando entré a trabajar a la SHCP. Ahí, tuve que investigar Bitcoin y me abrió los ojos el impacto que podía tener la tecnología en los servicios financieros. Viví el inicio del ecosistema Fintech en México de lado del regulador y posteriormente del lado de las empresas al incorporarme a Bitso, donde fungí como In-House y Compliance Officer. Actualmente soy líder del área Fintech en Davara Abogados.
Ser abogado es encontrar la mejor solución posible a la situación que se te presenta. Un buen abogado además entiende las necesidades de su cliente, su modelo de negocio, etc. En mi caso, esto se ve reflejado en mi trabajo con startups, scaleups y grandes empresas innovadoras. Donde ves crecer su negocio y los ayudas a desarrollar sus ideas, su visión o sueño, de la mejor manera y de forma sostenible, gracias a su apego a la normatividad.
Hay distintos grados de compenetración entre la tecnología y la profesión, desde el uso de WhatsApp hasta Smart Contracts. Para mí, pocas cosas van a ser tan apasionantes en los próximos años como ayudar a escribir los términos y condiciones de coches autónomos, por ejemplo, y de todas las cosas que puedan estar conectadas con el internet de las cosas.
El abogado del futuro va a ser cada vez más internacional. El internet de las cosas, las criptomonedas, los ciberdelitos, el uso de datos personales, etc., van a tener una dimensión global y transfronteriza. Todo esto hará que se borren las líneas de la jurisdicción, al menos en estos temas. Volverán a tener mucho peso las organizaciones internacionales para generar regulación global y uniforme.
Los abogados deben estar mucho más abiertos a las innovaciones y nuevas tecnologías. Deben entender los nuevos modelos de negocios y no sentirse intimidados por ellos.
Probablemente seremos los primeros abogados que tengamos la “suerte” de atender a un robot como cliente. Eventualmente las controversias serán entre software y no personas, o tu cliente será una inteligencia artificial, aún si es a través de sus creadores o “dueños”. Así que les recomendaría irse preparando para concebir este tipo de situaciones que ahora nos parecen de ciencia ficción.
Es perderle el miedo al cambio, a la tecnología y al impacto que puede tener. Al contrario, es usarlo a tu favor y de la manera más creativa posible. Debemos entender que los contratos se van a escribir en código y las controversias que podrían surgir, aunque probablemente todavía afectarán a las personas, las podrían generar entes digitales. Ser disruptivo no sólo es poder adaptarse sino ir a la vanguardia y ser parte de quienes escribimos estas nuevas historias digitales.
Este evento fue realizado por Foro Jurídico, el medio de noticias jurídicas y políticas.